Imagina esto: Una chica brasileña de unos 19 años, impulsada por una mezcla de confusión y hormonas jóvenes, mudándose de país en busca de nuevas aventuras, con poca, o ninguna, idea de lo que estaba haciendo. ¡Sí, soy yo!

Esa combinación de confusión y curiosidad me llevó a un viaje de autodescubrimiento que me sacó de la comodidad de mi tierra hacia los paisajes, sonidos e idiomas de otras culturas.

Londres fue mi primera parada y mi dulce hogar durante 15 años. Nada más llegar, lo que me impactó de inmediato fue la loca mezcla de idiomas, acentos, ruidos y culturas. ¡Era como un juego de trabalenguas en las calles, y lo encontré fascinante!
Luego empecé un viaje académico que culminó en una licenciatura en Traducción Aplicada, alimentando mi pasión por los idiomas y sentando una base sólida para mi carrera docente que vendría más adelante.

Después de tantos años de la lluviosa Inglaterra, me vi atraída por el estilo de vida soleado de España. Aquí, y de forma muy inesperada, la enseñanza entró en mi vida y Lingua Blend comenzó a tomar forma, aunque yo no era consciente de ello en ese momento. Desde enseñar informalmente a amigos y conocidos hasta completar cursos de formación docente y trabajar en diferentes programas (algunos como voluntaria), tuve la oportunidad no solo de dar forma a mi vocación y carrera, pero principalmente de conectar con personas de diferentes esferas de la vida.

A lo largo de este proceso de aprendizaje y enseñanza de idiomas, dos cosas siempre se han destacado: las conexiones que he hecho y los tantos mundos que he descubierto a través de ellos. Para mí, el punto principal está en el intercambio genuino que surge, aportando una mirada más amplia sobre otras formas de pensar, vivir, entender el mundo, el tiempo y el espacio. 

Por lo tanto, cuando te aventures en tu camino de aprendizaje de idiomas, recuerda que cada palabra aprendida y cada conversación sostenida abren nuevas dimensiones del mundo. Eso es lo que los idiomas han hecho por mí. Espero que hagan lo mismo por ti.